miércoles, 16 de julio de 2025

La NASA, en alerta máxima por una anomalía magnética en América latina que podría afectar satélites y comunicaciones

a Tierra está protegida por un escudo invisible: su campo magnético. Esta fuerza es esencial para desviar la radiación solar y mantener la estabilidad de los sistemas satelitales que usamos a diario.

Pero en América latina existe una región donde ese escudo se debilita de forma alarmante. Y la NASA lleva años observándola con creciente preocupación.

Se trata de la Anomalía del Atlántico Sur (SAA, por sus siglas en inglés), una zona extendida entre Brasil, el Atlántico y parte de Argentina, donde el campo magnético terrestre es anormalmente débil. Esta anomalía no solo intriga a los investigadores, sino que ya está generando efectos concretos en la tecnología espacial.







El punto débil del campo magnético está justo sobre nosotros

Según explicó la NASA en un comunicado reciente, la SAA se comporta como un "bache" en el campo magnético: una zona donde los cinturones de Van Allen -que concentran partículas cargadas provenientes del Sol- se acercan peligrosamente a la Tierra.

Esta situación aumenta la exposición de satélites y de la Estación Espacial Internacional (EEI) a la radiación ionizante, lo que puede generar fallos temporales o incluso dañar componentes electrónicos de forma permanente, según la NASA.

Esta anomalía no es nueva, pero su evolución preocupa: desde 2020 los científicos han observado que la zona se está expandiendo y dividiendo en dos lóbulos.

De hecho, según datos del GSFC de la NASA, la anomalía se ha desplazado unos 20 kilómetros hacia el oeste en los últimos años y su intensidad ha disminuido un 7%, haciendo que las áreas vulnerables sean más amplias.


Cómo podría afectarnos la anomalía del Atlántico Sur

Aunque los efectos sobre las personas en la superficie son nulos, las consecuencias tecnológicas sí pueden sentirse. La SAA representa un riesgo para:

Satélites de comunicaciones, posicionamiento y meteorología, que deben apagar temporalmente sus instrumentos al atravesarla para evitar daños.

Sistemas de navegación aérea y marítima, que pueden sufrir errores si los satélites presentan interrupciones.

Redes de telecomunicaciones e internet, cuya infraestructura depende cada vez más de tecnologías en órbita.

En 2020, la Agencia Espacial Europea (ESA) también alertó sobre el fenómeno. Con sus satélites Swarm, han podido mapear la evolución de esta región debilitada. "Es un laboratorio natural para estudiar la dinámica interna del planeta", afirmaron los científicos responsables de la misión.


Qué están haciendo los científicos para monitorearla


Ante la posibilidad de que la anomalía siga expandiéndose, la NASA y otras agencias están reforzando sus sistemas de alerta y protección. Algunas de las medidas incluyen:
  • Monitoreo continuo con satélites especializados, como Swarm (ESA) e ICON (NASA), que ofrecen información sobre el comportamiento del campo magnético.
  • Diseño de nuevos sistemas de blindaje para equipos espaciales, con el fin de resistir mejor la radiación en zonas críticas.
  • Colaboración científica internacional, con instituciones como el NCEI (Estados Unidos) y el British Geological Survey (Reino Unido), que actualizan los modelos geomagnéticos globales.
  • Estudios recientes sugieren que la SAA podría estar relacionada con los flujos de hierro líquido en el núcleo externo del planeta, aunque la causa exacta aún no se comprende del todo.

Lo que sí está claro es que este fenómeno es uno de los principales desafíos para la ciencia espacial actual, sobre todo en un contexto de creciente dependencia tecnológica.


Profesora Kary Degenaro
Investigadora Científica Paleocontacto
Técnica en Arqueología Antropología
Contacto Alienígena
Bitácoras Investigaciones
Contacto Alienigena
Tecnología Alien

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